martes, 31 de diciembre de 2019

Simulación de círculos restaurativos. Proyecto de Innovación Educativa sobre Justicia restaurativa.

Nos gustaría acabar el año compartiendo las memorias de la comisión del proyecto que se ha encargado de realizar las simulaciones de círculos restaurativos en diciembre de 2019. Para las personas que hemos participado en esta fase del proyecto, el compartir estas memorias parte de una necesidad muy grande de agradecimiento a los alumnos que hicieron posible la realización de la dinámica, a las profesoras del proyecto Ana Llano Torres y Consuelo Martínez Sicluna y Sepúlveda por darnos el espacio y la confianza para realizar la dinámica, a las colaboradoras que guiaron el círculo restaurativo, especialmente a Pilar González Rivero (directora de AMEE) por su entrega, su disponibilidad y su conocimiento y a la Universidad Complutense que ha hecho posible un año más que los alumnos podamos seguir aprendiendo y caminando en este proyecto de Justicia restaurativa dentro del Departamento de Derecho Internacional, Eclesiástico y Filosofía del Derecho.

A todos ellos, gracias.


Sobre la dinámica realizada con la simulación de círculos, quienes hemos participado en esta comisión con nuestro trabajo hemos podido ver en los resultados que esta ha sido una práctica necesaria para la materia que nos ocupa porque complementa a la perfección las clases teóricas aunando el conocimiento transmitido sobre Justicia restaurativa y Comunicación No Violenta. En este sentido, los alumnos han podido descubrir por ellos mismos que la Justicia restaurativa no es una utopía, sino que habla de la naturaleza del ser humano y de la naturaleza del conflicto pudiendo ellos mismos ser protagonistas del aprendizaje y de la reflexión conclusiva sobre la materia a raíz de las diferencias y la complementariedad entre los juicios y los círculos que experimentaron a través de las simulaciones. En esta misma línea, las personas que se han incorporado este curso al proyecto, las cuales el año pasado solo recibieron las clases teóricas, ponen de manifiesto el gran avance que esta dinámica supone para el aprendizaje del alumnado en Justicia restaurativa. Prueba de ello, ha sido la gran implicación por parte de los alumnos preparando la simulación y participando como voluntarios representando a las partes en cada círculo restaurativo.  
Creemos que, siguiendo el impulso práctico que le hemos querido dar a la edición 19/20 y que ya se ha materializado con las simulaciones, sería conveniente de aquí en adelante emplear más tiempo en estas dinámicas para que todos los alumnos puedan palpar la realidad del Derecho y la Justicia restaurativa en primera persona en su propio aprendizaje de manera más activa. 

Personalmente, a las personas que hemos trabajado en la comisión esta dinámica nos ha parecido una experiencia muy enriquecedora a nivel académico, personal y profesional, ya que hemos aprendido muchísimo Derecho, hemos aprendido cuestiones organizativas, pedagógicas y de trabajo en equipo. Todo ello nos hace tener muchas ganas de seguir trabajando y aprendiendo juntas para seguir entregando nuestro esfuerzo al servicio de la comunidad universitaria y de la sociedad. La preparación y la realización de la dinámica nos ha parecido muy positiva y reflejo de lo que queremos transmitir con el proyecto, ya que no solo hemos aprendido en el servicio a los alumnos, sino que hemos conseguido involucrarlos a la participación, a la reflexión y al movimiento inquieto como protagonistas y responsables de acompañar y acoger el cambio de paradigma en el Derecho por el que la justicia restaurativa aboga. 
Este cambio del que habla la Justicia restaurativa (que simplemente responde a la naturaleza del ser humano actual), se ha puesto de manifiesto a través de esta dinámica haciendo florecer en los alumnos la intuición sobre la ayuda que supone localizar los sentimientos y necesidades de cada persona inmersa en un conflicto. Esto aporta claridad a todo profesional del Derecho sobre el contexto circunstancial de todas las partes, pudiendo desempeñar una mejor labor profesional haciendo que las partes sientan que sus necesidades han sido escuchadas, comprendidas e incluso, satisfechas. 
Algunos alumnos, recalcaban que al participar como voluntarios dentro del círculo restaurativo podían sentir los nervios de tener que reconocer y hablar del daño hecho a otra persona, sentimientos que calificaban como “incertidumbre” o “inquietud” y que una vez finalizado el círculo se convertían en “paz” “serenidad” o “alivio”. Para el alumno de Derecho esto supone una cuestión fundamental en su aprendizaje, ya que le acerca a la humanidad de la profesión al lograr que se aproxime a las partes del proceso de una forma más humana, reconociéndoles como personas iguales a él y consiguiendo empatizar con las situaciones que rodean a cada ser humano inmerso en un situación de vulnerabilidad como la que emana de cualquier procedimiento. 

Creemos que es importante destacar que muchos de los alumnos han percibido la importancia de la educación en varios sentidos: como determinante del comportamiento de una persona, como factor imprescindible para la reinserción y como medio para fomentar esta nueva forma de resolver conflictos que propone la Justicia restaurativa. 
En cuanto al trabajo realizado por la comisión, hemos aprendido mucho de las dificultades, sobre todo al tener que convertir toda una historia real de justicia restaurativa que habla de la naturaleza del hombre, en algo que debe ser representado por los alumnos intentando ser fieles a la naturaleza de los sentimientos y necesidades que puede tener una persona en la vida real al participar en un proceso restaurativo como el que los alumnos representaron. Para mejorar en este sentido la dinámica, tenemos ya varias propuestas en mente para que los alumnos respondan desde su propia experiencia y no en representación de otra persona y así puedan percibir mejor la intensidad que estos procesos pueden tener en la vida de cada uno. 
Sobre el trabajo previo de la comisión, pensamos que ha sido imprescindible y que ha dotado a las simulaciones de una agilidad y eficacia que de otro modo no hubiesen tenido. En concreto, queríamos destacar la importancia del material que se ha puesto a disposición de los alumnos, añadiendo como recurso novedoso el formato audiovisual, creyendo que esto ha motivado y facilitado al alumno el trabajo individual previo que han de realizar para preparar la simulación.  
La realización de esta actividad dentro del proyecto ha hecho surgir en nosotras la certeza de la necesidad de formar a todos los futuros juristas en Justicia restaurativa desde el primer año de grado para que puedan apreciar la realidad del mundo del Derecho, fomentar o consolidar sus vocaciones, alimentar sus ganas de estudiar Derecho y contribuir al desarrollo integral de la profesión que ejercerán en el futuro. Dejando este sueño por escrito, en las siguientes ediciones del proyecto trabajaremos por mejorar la dinámica partiendo de la experiencia de este año que ya ha sido tremendamente satisfactoria para las colaboradoras, los participantes y los alumnos. 
Muestra de una de las sesiones de la dinámica de las simulaciones
realizada el día 12 de diciembre de 2019 en el Auditorio 1
de la facultad de Derecho de la UCM. 

 

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